Por - Publicado el 26-01-2006

Parece que la escena política peruana es muy importante ser nacionalista. Algo como lo siguiente, seguramente chocará a más de uno y una:

El Perú

¡Abyección y podredumbre!
Bajo el peso de la infamia,
Viene y va la muchedumbre.

¿Dónde aquí la noble idea?
En el fango de la charca
Todo se hunde o chapotea.

Falta en pechos juveniles
Vuelo de águilas ; abundan
Reptaciones de reptiles.

Todo viejo, todo rancio;
El joven lleva en su frente
Las arrugas de Bizancio.

¿Dónde hallar el gradioso anhelo,
Si hasta en la sangre del niño
Hay las nieves del abuelo?

Busco luz, y busco en vano;
Aire quiero, y sólo aspiro
Bocanadas de pantano.

Con el tedio en las entrañas,
con las náuseas en la boca,
Vivo en cueva de alimañas.

Y si aquí rodo mi cuna,
Soy aquí tan extranjero
Como en Londres o en la Luna.

A mi pueblo y a mis gentes,
¿Qué me liga, qué me enlaza?
Yo me siento de otro mundo,
Yo me siento de otra raza.

¿Será el producto de la mente alucinada de algún antipatriota que habría que censurar? Para nada.

Este poema fue escrito por Manuel González Prada y salió publicado en «Libertarias», Ed. Alfredo González Prada. París: Louis Bellenand, 1939, pp. 280-281.


El patriota iconoclasta, «el primer instante lúcido de la conciencia del Perú», el gran orientador de las generaciones que lo siguieron.

No tuvo condescendencia alguna con nadie, ni con su propio país.

Esperaba mucho del Perú. Por eso denunciaba sin misericordia lo que consideraba negativo. Como debe ser.

Fue lo contrario al nacionalismo cucufato que parece predominar en la escena peruana actual.

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